Un mito nutricional no es otra cosa que una idea que se divulga
sin ningún tipo de base científica y aportando una información errónea,
bien por pura superstición, bien con el ánimo de confundir [la industria
alimentaria sabe mucho de esto], bien por pura inocencia o
desconocimiento. Algunos de estos mitos están tan arraigados que por
mucho trabajo que hagamos los nutricionistas y los Couchs de bienestar por muchos
estudios científicos que aportemos, habrá gente que siga aferrada a
ellos. Incluso cuando preguntamos, ¿por qué piensas que debe hacerse
así o por qué es perjudicial?, la única respuesta, en muchas ocasiones,
es que toda la vida ha creído en eso y lo ha hecho de tal manera.
Cuando hay una creencia fijada en nuestro cerebro o en el imaginario
colectivo es muy complicado removerla, en coaching nutricional
trabajamos mucho estas situaciones.
Hasta hace pocos años se transmitían boca-oreja, en un pueblo
podían ser unos, en el de al lado, otros, la televisión ayudó, y sigue
ayudando a difundir algunos, pero con la llegada de las redes sociales
todo se disparó, sobre todo han aumentado aquellos sobre alimentos
mágicos que parecen la salvación a todos los males, siempre habrá
alguna marca detrás queriéndonos “vender la moto”. También cuando
se reduce el consumo, por ejemplo, de lácteos, de carne… aparecen las
grandes industrias para confundirnos, a veces, incluso, con la ayuda de
las instituciones públicas, de los gobiernos. Sin duda, el auge de los
influencers, que viven a base de promocionar productos, confunden
muchísimo más a la gente, si vemos a una actriz o actor, publicitando
tal cosa, por mucho que de entrada nos parezca un disparate, si les
vemos con un buen aspecto físico, pensamos que puede ser interesante
ese producto, por ejemplo, para perder peso.

EL EJERCICIO

TRATA DE ESCOGER Y COCINAR TUS ALIMENTOS TU MISMA
